Pongamos que hemos conseguido elaborar lo que
creemos sea el argumento más infalible a favor de vegatarianismo/veganismo, y
se lo exponemos a diez personas. Sorprendentemente cinco de llas dejan de comer
animales; las otras deciden "comer mejor" dejando las carnes rojas,
siguiendo las típicas sugerencias de sus doctores y amigos.
Podríamos pensar, "¿Un 50% de éxito?
¡Estamos en el camino adecuado!". Así solía pensar yo. Pero los años me
han enseñado a preguntar: ¿En realidad, cómo afecta el argumento a los
animales?
Cada año, un estadounidonense promedio come 23
aves, 1/3 de un cerdo y 1/10 de una vaca. Para producir el mismo número de
raciones que proporciona un buey se necesitan alrededor de 193 aves (pollos y
pavos). Para un cerdo se requieren 56 aves.
De esta manera, antes de exponer nuestro
argumento a las diez personas estas comían un total de 234 animales al año de
los mencionados. Tras nuestra exposición, las mismas diez, incluidas las cinco
que se unieron a nuestro club vegetariano, comerán 296 animales al año. Esto
sucede porque, a pesar de que convencimos a la mitad de dejar de comer
animales, el resto sustituyó las carnes rojas con aves para comer de manera más
saludable.
Sustituir las carnes rojas con pollo es un
hecho bien documentado. Por ejemplo, como dice Daniel (un epidemiólogo
nutricional del Centro para el Cáncer MD Anderson de la universidad de Texas,
"si se observan las recomendaciones nutricionales propuestas por el Departamento
de Agricultura de los Estados Unidos [y
otras instituciones para la salud], en ellas se recomienda reducir las
carnes rojas y sustituirlas con carnes sin grasa, carnes de aves y pescado.
También hemos observado por medio de otros datos que la
gente está pasándose a las carnes de ave."
Por último, el Instituto Nacional para la
Salud declara "la creciente
preferencia en USA para sustituir las carnes rojas de la carne de aves pero no
hacia el pescado."
Existen estudios contradictorios de cuánta
cantidad de pollo es comida por las personas que dejan las carnes rojas por
completo. Pero para las personas que solo reducen la cantidad de carnes rojas
(la mayoría por motivos de salud), los datos son absolutamente claros: las
personas que solo reducen las carnes rojas comen mucho, pero mucho pollo. En el
mayor estudio realizado en fechas recientes, por ejemplo, aquellos que comen la
menor cantidad de carnes rojas comen un 50% más de pollo que aquellos que comen
mayor cantidad de carnes rojas. [Aston,
L. M., et al. Meat Intake in Britain in Relation to Other Dietary Components
and to Demographic and Risk Factor Variables: Analyses Based on the National
Diet and Nutrition Survey of 2000/2001. Journal of Human
Nutrition and Dietetics 26(1), October 18, 2012.]
¡Un 50% más! Los hechos son claros: cualquier
cosa que lleve a la gente a reducir el
consumo de carnes rojas daña
a los animales activamente.
Por supuesto, todos conocemos a personas que
se han hecho vegetarianas o veganas por motivos de salud. Como difusores del
vegetarianismo, estamos en una posición en la que es fácil oír de estas personas
y recordarlas. Cuando hacemos encuestas a vegetarianos (y/o a personas que
reducen la cantidad de carne), por supuesto que algunas veces escuchamos el
"argumento de la salud" como motivación. Pero encuestar solo a
vegetarianos no nos muestra el alcance completo de ningún argumento. El error
está en pensar que los vegetarianos por motivos de salud que conocemos o
encuestamos son una muestra real de la sociedad. Y no lo son. En vez de eso,
constituyen una sub-grupo que elegimos por nuestras preferencias.
La historia nos enseña que comer menos
animales de tamaño grande y más animales pequeños por motivos de salud no
constituye un escenario inventado por nosotros. Es una realidad que lleva al
sufrimiento y la muerte a billones y billones de aves. Solo hay que mirar a
cualquier gráfico que muestre los animales matados en los USA: a lo largo de
decádas, según decrecía el consumo de mamíferos, las muertes de aves crecían
exponencialmente.
Este es el motivo por el que no uso ningún
argumento que pudiese, de alguna manera, apoyar la tendencia general de dejar
solo las carnes rojas. Cualquier persona que decide "comer mejor"
[dejando las carnes rojas] contrarresta con creces los beneficios causados por
cada nuevo vegetariano.
En otras palabras: no usaré argumentos anti-carne.
Nosotros difundimos argumentos pro-animales. Obviamente es atrayente decir
"los veganos tienen una menor tasa de la enfermedad X", pero el
objetivo no es decir algo que nos haga sentir bien o dejar en buen lugar a
nuestra dieta. No hacemos activismo para justificar y idealizar nuestras
elecciones. Nuestro objetivo es conseguir que el mayor número de animales no
sufran.
Por supuesto los activistas podrían lanzar el
mensaje de que comer aves es malo para la salud y el medio amabiente. Pero
dejando a un lado la veracidad de semejantes argumentos medioambientales y de
salud, sencillamente no reflejan la manera en que funciona el mundo. La gente
no acepta como verdad absoluta lo que diga un vegano. Más bien se combina lo
que se escucha de todas las fuentes, y se presta más atención a lo que dice
nuestro doctor o nuestros amigos. Y por encima de todo, las personas dan mucho más crédito a los consejos
que las llevan a hacer lo que ya quieren hacer (por ejemplo seguir comiendo la
comida ya conocida que sus familias y amigos comen).
Y más importante aún, sencillamente no tomamos
decisiones basándonos en lo que resulta "perfecto" para nuestra salud
o el medioambiente. Ninguno de nosotros, veganos incluidos, hacemos la cantidad
de deporte que deberíamos, dormimos la cantidad de horas que deberíamos, usamos
hilo dental cada día, trabajamos en la postura adecuada, dejamos de usar el
coche, etc. Con escasas excepciones, todos seguimos nuestros hábitos de grupo.
Para la mayoría de gente (y no para un sub-grupo que elijamos sesgadamente), si
cambiamos en algo, cambiamos para hacerlo, de alguna manera, "mejor"
(comer pollos en vez de vacas).
En otras palabras, no importa lo que los
veganos digamos que es verdad o lo que nosotros queramos, la gente reaccionará
desde el momento vital en el que se encuentre, basándose en lo que está
acostumbrada a hacer y condicionada por lo que quiera realmente. No importa
cómo de sólidos pensemos que sean nuestros argumentos, no importa cuán nobles
sean nuestras intenciones o cuánta pasión pongamos. Cuando hacemos activismo
sin tener en cuenta la naturaleza humana, la historia y los números
[estadísticos], hacemos que sufran y mueran más animales.
Si queremos ayudar a los animales, necesitamos
hacer activismo para los animales.
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